Y llegó el día señalado para la partida… a desarmar la carpa
que nos vamos… a plantar árboles!!!
Todos los bártulos acomodados final y felizmente en sus
lugares asignados.
Un bichito de la suerte nos da la despedida.
Jerry y su esposa nos despiden con una cena entre amigos y
parientes, quienes fríen pescado y papas al estilo americano, mientras cae la
tarde.
Mientras los wagons esperan su turno para ser alzados en el trailer
que mañana tempranito nos llevará hasta la ciudad de Helena, al otro lado del
Mississippi, ya que todos los puentes que dividen el estado de Tenesse del de
Arkansas, son autopistas por las cuales no podríamos transitar.
Las chicas se olfatean que algo raro pasa… es su última
noche en el granero. Mejor que descansen y coman bien, porque… el lunes a
caminar!
Con las panzas satisfechas, llegó la hora de remolcar con el
tractor nuestras futuras casitas nómades arriba del trailer.
Con la destreza de Zacarías para manejarlo, y la ayuda de
todos los comensales varones, incluídos los niños, fueron ubicados y sujetados
con riendas y precintos, para evitar cualquier movimiento en la ruta.
No diré que fue fácil, ya que llevó varias maniobras donde
peligraba la integridad de nuestras pertenencias, pero finalmente, gracias al ánimo
y la fuerza de todos los presentes, lo lograron!
Mientras, María observaba feliz, aunque sin poder creer que
una vez más, casi sin darse cuenta! Se había metido en semejante locura: hace 5
años, exactamente para esta fecha, estaba acarreando su vagón de ferrocarril de
12 metros, junto a su hija Mariana, hacia la Patagonia argentina… Con su experiencia previa de 1800 kms. va
ahora por otros 23.000 !!! con 2
cheq-wagons y 7 mulas!!!
Con mucho frío, ya noche cerrada, nos despedimos agradecidos
por todo el amor y las ayudas que nos entregaron en Covington.
Con todas las luces dispuestas a un temprano amanecer, finalmente,
partiremos…
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